Ya ha pasado el verano! Un verano de mojitos, de piscina, de montaña, de viajes, de fiestas, y de tartaletas. Sobretodo de tartaletas. ¿Sabéis porqué? Por qué para nosotros ha sido el postre del verano! Os lo explicamos con tres razones:
Las hemos elegido como postre del verano, primero de todo, porqué es un dulce súper fresco, ligero i sobretodo versátil. Al tener una masa muy neutra, admite cualquier tipo de relleno como cremas, ganaches o mousses. Quizás la más conocida hoy en día es la Lemon Pie (tartaleta de crema de limón con merengue), pero hay otras miles combinaciones posibles por probar. Eso sí, todas ellas acostumbran a ser suaves y refrescantes!


Por otra parte, las tartaletas combinan súper bien con la fruta. Tartaleta de chocolate con frambuesas, de crema con melocotón y menta, de mascarpone con higos… La fruta esta siempre presente, y como de bien entra en verano la fruta fresquita, eh? En pleno agosto, donde haya una buena tartaleta con fruta que se aparten los cupcakes y las tartas!



Y por ultimo, se pueden consumir frías frías frías, para desayunar, de postre, para merendar… Este verano las hemos preparado como postre para todas las visitas que hemos recibido en casa, y os prometo que ¡no ha quedado ni una miga en ninguna de las ocasiones!


Y de todas las versiones que hemos hecho, para mi las mejores han sido el surtido de minitartaletas de moras, melocotón y manzana. ¿Sabéis porqué? Las preparé cuando estaba de vacaciones en la montaña, y cuando ya las había horneado me di cuenta de que no tenía nada de fruta. Pero el problema se soluciono rápido: solo tuve que salir a pasear y recoger las frutas directamente de los árboles y arbustos, un autentico lujazo que me encantó!
